Peñíscola también tiene montaña. Hoy, en una mañanera de 5,30 horas con mucho calor y usando la bicicleta para el acercamiento, pateo otra vez gran parte de la Sierra de Irta.
Acantilados y Torre Abadum |
Unos cientos de metros antes de la Urbanización Fontnova, se inicia un camino carretera que, cimentado en sus mayores cuestas, nos lleva por la costa hasta Alcossebre, a unos 15 kms. Para mí, un buen sitio para atar la bici a un letrero indicador e iniciar una rápida travesía a pie de casi cinco horas y unos 22 kms.
Playa natural, rocas rojizas, dunas y cuartel de Pebret |
Esta mañana sabadeña es prolija es pequeños grupos de jóvenes bicicleteros y algún vehículo en la pista del litoral. Llegan los primeros bañistas a las playas cristalinas casi silvestres. Pero en cuanto enfilo la pequeña ascensión a Pou del Moro la montaña es ya casi entera para mí.
Antes del Pou del Moro, donde queda el pozo pero sin agua, una moderna barraca nos recuerda las construcciones rurales de antaño, muy habituales en todo el Maestrzgo. Después Mas del Senyor tuvo que ser una masía de impresionante riqueza. Hay agua y olmos. Y hasta se puede beber si uno ya está inmunizado, pero no es recomendable para los domingueros y urbanitas. De nuevo alguien ha apostado e invertido fuerte para hacer productiva la masía.
Desde aquí se inicia un más pronunciado y escarpado ascenso por una senda. A la izquierda hacia la Mallada de la Rabosa
y la parte más alta de la Sierra. También a los Castillos, ruta que tengo que dejar para otra mañana porque hoy me esperan a comer a las 14 horas. Y a la derecha, el que tomo hoy, hasta la ermita de San Antonio, previo paso por su cresta de 363 metros.
Hay mucha sierra en Irta. Y es peligroso salir de la senda |
No he debido intentar atajar. Salirse de la senda me perjudica mucho. El matorral bajo pincha por doquier. Y las piedras cortantes te pueden hacer mucho daño y lesiones. Llego a situarme encima de la ermita, pero es casi imposible descender por donde lo intento. Media hora perdida y me meto en un riesgo innecesario.
La parte más primitiva de la ermita puede ser del s XII. Era una barraca de volta |
Habitáculo del primitivo ermitaño, interior de la foto anterior |
Una garrafa de plástico, oportuno invento casero de algún veterano manitas, me proporciona un fresco trago de agua del pozo de San Antonio. ¡No se recomienda beber!. En el descenso, rápido porque el reloj no para de correr, sufro la visión de la barbaridad urbanística que se ha querido vender como "paraiso". El resultado, el que tenía que ser: dos urbanizaciones vacias y una masacre a la sierra. ¡Ay, alcalde.... como siempre a pagarlo el pueblo y sufrirlo la baturaleza!
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