martes, 2 de julio de 2013

VUELTA AL PANTANO DE AGUILAR DE CAMPOO

Es el mayor de los cinco pantanos del Pisuerga y almacena 247 Hm3 de agua. El sábado disfruté la mañana en el nacimiento de su río, la Cueva del Cobre, en Los Redondos (Palencia). Hoy ensayo una nueva disciplina deportiva para mí, dándole la vuelta al pantano en cuatro horas.

Per Bat inicia una nueva disciplina deportiva: ciclismo y campo a través

Al amanecer salgo vestido de ciclista de Aguilar hacia Cervera de Pisuerga. En una bicicleta "de corredor" casi de mi época. La Orbea  Altube  de hacia 1980 que regalé a mi hijo Zigor a sus doce años, allá por 1987. Con algún pequeño cambio y tras largos años de descanso, la tarde  del domingo le quité las telarañas en los casi 30 kms. vespertinos que hice hasta Vallejo de Orbó y regreso a Aguilar.
Me saludan al paso, a la derecha, Corvio, Quintanilla de Corvio y Matamorisca. A la izquierda Renedo de Zalima. Atravieso Salinas de Pisuerga por el centro y su gran iglesia, donde paro a charlar con la primera mujer madrugadora, que va a hacer su largo paseo habitual. Debo de entender mal su explicación, porque me meto después por un camino indigno de mi máquina, que se me termina en la ermita  de Quintanahernando, casi metida en el inicio del pantano, que hoy está hasta arriba. Ya la conocía, pero hoy me parece extraordinaria, así como el lugar y el momento matinal.  
Hay que subir mucho para llegar a Barrio de Santa Maria y el asfalto es muy malo y algo suelto de piedrecillas, por lo que no me da vergüenza apearme y llevar a la compañera de hoy a mi vera. En esta pedanía de Aguilar hay una de las mejores ermitas  del Románico Palentino Norte. En Barrio de San Pedro me introduzco en su pequeño núcleo de unas diez casas en pie y pocos más habitantes. Hay suerte y una lugareña atraviesa su plaza hacia el lavadero, con la que intercambio charla más de veinte minutos. Me recomienda ir a Vallespinoso de Aguilar por una carretera-camino de grava, pero más corto que me lleva, apeándome de nuevo en el tramo final, a su maravilla de ermita de Santa Cecilia.
Una mañana de nuevo deporte y disfrute en la charla con los nativos, en la belleza de su naturaleza  y en la maravilla de sus pueblos e iglesias románicas. Pero, como una imagen vale más que mil palabras, voy a bajar aquí en fotos las joyas de estos pueblos y de este recorrido. A poco que se entienda, mis comentarios sobre ellas casi sobran.

VISTA SURESTE DEL TEMPLO, AL LADO DEL CEMENTERIO
Iglesia de Santa Juliana en Corvio

Matamorisca vista aerea.jpg
A Matamorisca lo atraviesa la carretera Aguilar-Cervera


De Vallespinoso es fácil equivocarse y continuar por carretera bien asfaltada hasta Cozuelos de Ojeda. Allí otro paisano de edad, con la azada al hombro por la carretera, me malexplica que voy para Alar y que tengo que volver hasta Salinas para llegar a Aguilar. Desando un rato lo bicicleteado y busco una parcelaria a la derecha, que se me acaba. Casi 50 minutos de bicicrós primero y de campo a través puro y duro después por sembrados, acequias y subibajas con la máquina al hombro a veces, para acabar en la carretera buena, que antes perdí por coger el atajo de  Foldada a Vallespinoso. Ya sólo me queda otro pueblo, Quintanilla de la Berzosa, ya un despoblado con sólo una explotación ganadera, al igual que Quintanilla de Corvio. Al primero casi se lo comió el pantano y al segundo desapareció mucho antes, a pesar de tener una necrópolis al aire libre aún visitable, que demuestra un pasado importante.

Y hubo otros tres pueblos que ya no hay. Están debajo de las aguas desde 1960. Villanueva del Rio Pisuerga, Ceneda de Zalima y Foldada. De este último, se salvó sólo una iglesia que estaba en un cerro.  La han protegido, como a su camposano anejo, para que pueda ser visitada.

San Andres de Frontada #66324
Iglesia de San Andrés en Frontada, lo único del pueblo que se salvó de las aguas del pantano de Aguilar hacia 1960 

Tres horas de ciclista y una de caminante montañero con la "mochila" y la vestimenta equivocada. Bueno, la experiencia me ha gustado. Casi un nuevo deporte combinado, que repetiré en estas tierras propicias para ello. 40 kilómetros para una vuelta al pantano algo peculiar. Porque la "corta" es de 26... y Carmelo Suances se la hacía muchos días corriendo para entrenarse para las carreras de ultrafondo de 100 kms.

(Faltan fotos por meter. Pero llegarán. Disculpas)

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