lunes, 30 de diciembre de 2013

IZORIA, ALDEA RECONVERTIDA




Pueblo del Municipio de Ayala, reconvertido estas últimas décadas en lugar residencial o dormitorio de nuevos pequeños “ricos”, al menos en algunas de sus externas apariencias. A 254 m., con  4,45 km2 y 160 habitantes, se asienta junto al río del mismo nombre en el primer subvalle ayalés más cercano a la salida del sol. Con el Babio y el Asnos al lado, como montes menores. Con la Sierra Sálbada  asomando al sur y mostrando su espléndida “quilla” del Ungino (1071). Su documentación es tardía (s.XVI), aunque esté situada bajo la población fortificada de la Edad de Hierro del Babio, en cuya cima hoy comparte muga con Olabezar.
Aretxabala. Caserío restaurado

Aretxabala: Caserío sin restaurar
Me paro a la entrada, tras el crucero de Los Olmos, otra muga, esta vez de asfalto que ha dejado varios muertos en la carretera desde que se hiciera la Vitoria-Balmaseda, según algunos la más vieja de las carreteras modernas de la actual Euskadi. Aquí Izoria se toca, sin besarse, con Olabezar y Murga. Y cuando acabo de retratar al primer viejo pero acertadamente renovado caserío Arechabala, me aborda una mujer andante que baja del barrio de la iglesia tras su paseo matinal.  Pilar Obaldia, “de aquí desde hace más de mil años”, según me lo afirma orgullosa, 59 años, es un baúl de inquietudes y búsqueda de análisis. Coincidimos en mucho y hasta filosofamos largo rato,  pero me queda demasiado por descubrir en su pueblo en esta fría mañana de invierno.

 Erripa: Junto a los modernos chalés, y casi entre ellos. quedan caserios originales y restaurados
Los lingüistas no ven claro su significado en origen, pero es fácil relacionarlo con itzalde. Sus barrios habitados, de norte a sur, son Aretxabala, Erripa, Ulibarri, Ibarra, Aspuru y Larrabe. En Ripa o Erripa, está la iglesia de San Julián y el “casco urbano” actual del centro, invadido por las nuevas edificaciones, que muchos llaman chalés. Pero  aún algunos baserris mantienen casi todo su estilo y encanto del pasado. Hoy destaco sobremanera el de Basaldua. Unos 300 años y la fachada sin apenas reformar, pero con enorme vida que me llama desde lejos. Hasta Olentzero resquila por su viejo balcón de madera. José Mari Obaldia (59) me reconoce. Su padre Eugenio (86) conoció al mío y me empieza a contar “aventuras”. Hoy están afaenados en la matanza del cerdo. El matarife no para de cortar la carne y las mujeres trabajan mientras José Mari me atiende y está en todo. “Tienes que volver otro día”, veo que lo siente por no poder atenderme mejor.  “¡Qué va! Sólo esta pila de coches me estorban para una buena foto de la fachada”. Y me los quiere quitar, con el currelo que tiene… Me voy, prometiéndole volver. 


Caserío Basaldua: Están terminando con la matanza del cerdo ¡De esto ya queda poco!

Erripa: Es el barrio central, geográficamente, y principal, con la parroquia de San Julián en el centro....
Camino a pie río arriba por la carreterilla de Ibarra. Dos viejos caseríos casi juntos, hoy propiedad de Mercedes Menoyo (66) me maravillan varios minutos. Sus pinturas  en el de la derecha, aún utilizado como vivienda, y su estilo en el otro, ahora la cabaña del primero,  no pueden pasar desapercibidos para los que somos “forofos” de las antigüedades.  “Su origen puede datar de hacia 1700” me dice el hijo. Después me cruzo con Iñaki Gutierrez (16), el joven que dice conocer bien el pueblo por sus paseos a pie frecuentes por todos sus barrios. “Mi mayor enhorabuena por encontrarme con un chaval que recorre su pueblo a pie y además veo que disfrutas haciéndolo”.  Echando algunas cuentas, consensuamos que en el pueblo puede haber 40 chalés, 20 caseríos restaurados y otros 10 en su estado casi más original. No se me puede olvidar citar a Eloisa (86) “aunque todos me llaman Elisa… y me apellido Menoyo Echaurren”. Llega a su casa tan guapa y preparada como si llegara de la misa de los domingos grandes.

... y caserios, que con esta portada ya nos hablan de varios cientos de añosy que fueron "torres".
Sigo río arriba, veo vacuno de carne bien cebado, llego a la txabola, hoy solitaria,  que puede ser de mi viejo conocido Txemi. Y en el regreso, las 400 ovejas de Aitziber, de Maroño (28) Contundente, precisa y clara en sus afirmaciones. No he visto a una joven de aldea tan convencida de su trabajo y de su soltería. Pastora “y no lo cambio por nada”,  “soltera y tengo una hija”,  a ésta no la corta cualquiera… “señor, disculpe pero las ovejas me están esperando”  Joder, Per Bat, qué torpe eres. ¿No oyes a dos palmos de tu culo, detrás de esa barrera, que la están llamando?

Parte de las ovejas de Izaskun y el monte Babio

El río me parece su mayor belleza natural
Y estos vacunos también curiosean mi presencia
Y termino mi charla mañanera con otro indígena del lugar. Fermín Beraza (65) es todavía para toda Ayala “el cartero de Izoria”.  Treinta y cinco años me dice que estuvo en ello, que es de la quinta del 48 (y yo también) y recuerda que ya hemos hablado antes… “aunque ya hace años”.  Siento que me ha sido insuficiente esta mañana para un reportaje más merecido de Izoria, por donde ya pasé a pie por primera vez a mis siete años, y después muchas veces más, andando  y vehiculizado, con dos y cuatro ruedas.  
Fermin Beraza "El Cartero de Izoria" junto a su río, también el Izoria.


La hoy cabaña (arriba) y el caserío "de las pinturas", al lado de río, constituyen  una pareja privilegiada, quizás mucho más
por no haber sido restauradas, nos pueden llevar hasta  el año 1700.




2 comentarios:

  1. Como en las anteriores entradas de los otros pueblos sigues bordando tu pluma a la hora de escudriñar las entrañas del alma de los pueblos. En este caso, bien dices que te faltó tiempo para ahondar más en dicha alma y que posiblemente lo harás en próxima ocasión.
    Sólo quiero hacerte una aclaración respecto al apartado Arechabala. Ambos caseríos se encuentran en el barrio Arechabala pero sólo el caserío que identificas "sin restaurar" es el auténtico caserío Arechabala que da nombre a todo el barrio. Precisamente, natural de este caserío es Benita Arechabala Yarritu, abuela materna mía. En la actualidad el caserío es propiedad de una nieta paterna.
    Respecto al caserío de las pinturas de transcribo lo que dejé escrito en mi blog: "el ayalés de Izoria Juan de Armona, maestro en el arte de pintar, en especial del punteo, que vivió en el siglo XVI, dejando obra (además de en muchos templos) en el frontispicio de su casa natal, en la ermita de Ntra. Sra. de Eskolunbe en Catadiano (Kuartando) donde se puede observar su característica firma y en el retablo fingido (pintado en pared) descubierto recientemente en la iglesia del pueblo de Bachicabo en el Valle de Gobía al bajar el retablo de madera del altar (que lo tapaba) para una intervención de restauración".
    Y nada más. A seguir con ese ánimo que te tienes y aquí me tienes como el más fiel seguidor de tu blog.

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    1. El segundo y tercer párrafo completan el alma y la verdad de los pueblos. El primero y el cuarto me halagan. Gracias por todos. La sensibilidad y/o datos de los historiadores deben sumarse y/o corregirse para dejar escrita una mejor "herencia". ¡Seguiremos los dos con Ayala!

      Ahora me voy a otra aventura invernal, que contaré en Peregrino Bat.

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