jueves, 3 de abril de 2014

MATAMORISCA, UN NOMBRE ATREVIDO PARA UN PUEBLO

- ¿Qué les parecería encontrar un pueblo llamado Matacristianos? Yo aún no lo he encontrado en  España, aunque sí Majajudíos, y he pasado por él en un Camino de Santiago.

Matamorisca es una localidad y una pedanía del municipio de Aguilar de Campóo en la provincia de Palencia, en la Comunidad Autónoma de Castilla y León. En la carretera de Aguilar a Cervera, primero se divisa su iglesia, arriba a la derecha en el monte, separada y apartada del pueblo como si hubiera tenido la peste. Después, cuando la veo más despacio, me parece otra buena obra del Románico Palentino.


La carretera  corta al pueblo. Al subir, a la izquierda el barrio alto y a la derecha el bajo, algo más separado. Porque lo que más se ve desde el coche -o desde la bicicleta de este hoy esporádico ciclista- es un enorme pabellón-granja de ganado primero y las reses pastando después cerca de la carretera con otra cuadra más pequeña. Es la ganadería que ha montado para abastecer su propio negocio el Hostal Restaurante Los Olmos, instalado hace casi dos décadas en el Polígono Villallano, de Aguilar. 


 "En este estilo, es de las pocas que hay en toda España, quizás no llegan  a media docena," Del cruce de las vacas raza Angus (Holanda) con los toros Wagyu (Japón), el conocido como Buey de Cobe, les salen unos ejemplares de una calidad de carne considerada de lo mejor y por tanto más caro del mundo.  Me lo enseña apasionado Alberto, 41 años, que con su hermano Germán (42) continúan el negocio montado por su padre, al que con una aún estupenda edad de sesenta años, se  le escapó la vida sin avisarle.

"Saca foto a éste, que mañana lo matamos y hacemos chuletas" . Y me da el sol de frente y no me gusta la foto, pero esta vez y aquí, el documento y Alberto mandan.
Y entramos al prado. Es  fácil saber quién es el "gallo" (de Kobe) de la manada. Creo que Alberto le hubiera podido dar de comer en su mano. Me dice que ahora tienen unas 75 cabezas de vacuno, además de caballar y algo más.
La calidad de la arquitectura del pueblo es muy buena. Las piedras bien labradas y por doquier testimonian un pasado importante. La casa de la marquesa y la ermita privada de Santa Ana son dos viejas joyas que lo confirman.

La ermita de Santa Ana y la Casa de la Marquesa, privadas y actualmente en aparente abandono.
Las fuentes, los muros, los grupos de casas de una misma familia, piedras que han vuelto a dignificar sus actuales y cercanos pasados moradores. "No quisiera morir sin volver a sacar esa maravilla de arco", me dice Mari Carmen, la madre del artista que talla escudos o baules en madera noble desde los doce años, pero que tiene que ganarse la vida en una carpintería moderna de montador.

Fuentes y montones de piedras que hasta adornan. La fachada que Mari Carmen quiere volver a dejar como fuera en su origen  hace algunos siglos más.
En el resto de fotos, muestro las grandes mansiones del pueblo, el club social -casas y piedras- y también el arte de la talla en madera hecho por un jovencísimo artista. Y rincones y obras del momento, que las excavadoras hoy no paran en Matamorisca. Sólo el  tractor descansa.


3 comentarios:

  1. Tu artículo, Per Bat, me invita esta mañana soleada del Domingo de Ramos a visitar el pueblo. Me dicen que han asistido 20 a Misa, que hoy sube a comer el artista del baúl tallado a sus 14 años, que el viejo tractor de 19 abriles ya se ha marchado para dejar el relevo a uno nuevo...

    Supongo que también el novillo encerrado habrá marchado a su destino. Enhorabuena por el buen "retrato" de la creatividad y riqueza del "pueblo", ese ambiente rural que nunca debería morir. D.

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    1. ¡A ver si conseguimos sumar más defensores de los pueblos! Que lo de la "globalización" nos está destrozando la naturaleza y sólo "engorda" a los sinvergüenzas del Club H. y a sus "amigos"... mientras los "normales" empobrecemos.

      Que no hay "aldea global", sino millones de aldeas en el globo que son las que lo mantienen. Y si ellas mueren...

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    2. La casa de la marquesa de abandono poco

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