lunes, 13 de octubre de 2014

REBOLLEDO DE LA INERA

Hoy entreno en bicicleta. Busco un pueblo. Tengo que afinar bien con el "apellido", porque hay más Rebolledos por esta zona palentina. Y en el pueblo no será difícil encontrar a unos amigos, María Jesús y Eliseo.

De Aguilar a Villallano. Hoy la Montaña queda a mis espaldas. Primera duda:  continúo a Gama o sigo por la mala carretera de la izquierda que en principio me lleva a las Canteras.  Me meto en el corazón de ellas y sigo por caminos rurales y voy a dar con Villarén. Rectifico a tiempo.

A la entrada del pueblo dos cogen setas. El con cesta. Ella las mete en los grandes bolsillos de su delantal azul de cuadritos. No me ven. Se me sale la cadena. Sigo a pie un rato buscando fotos a la entrada de Rebolledo. Renedo de la Inera se me pone en medio en la panorámica a Las Tuerces.
La montaña milenaria de Las Tuerces siempre es una referencia y un imán para mi vista. Renedo está entre Villallano y Gama.
La antigua piedra del lavadero de Rebolledo me parece la mejor joya en el suelo de esta aldea, perteneciente al municipio de Pomar de Valdivia y en la que en invierno ya no vive ni duerme nadie.
La restauración que se ha hecho de la fuente, no me parece un ejemplo a imitar en cuanto a conservación de su antigüedad

María Jesús, la nativa del pueblo, anda discutiendo con su "amigo de la escuela de Villaren"... porque viene a quitarles las setas. Eliseo me enseña el pueblo... "después que robaron y saquearon todo lo que pudieron llevar de la iglesia, es cuando la reforzaron bien la puerta con esta chapa infranqueable por dentro". "Mal vamos cuando los que mandan ponen los bueyes detrás del carrro", le respondo, sabiendo de su pasado carretil allá arriba en plena montaña palentina.

La escuela del pueblo ha enseñado a escribir y a tener alma agradecida a esta vecina, que así ha escrito de su abuela Juana Ruiz

La Calle Mayor
Detalle en una fachada.
Casa antigua. Por el tamaño y hechura de la ventana y el alero de piedra del tejado, es probable que esta parte supere de largo los 200 años.
En octubre aún hay vida en esta casa. María Jesús y Eliseo se la dan.
¡Que los pequeños pueblos no mueran!... no sé si es un grito en el desierto, pero yo lo seguiré dando.

5 comentarios:

  1. Que bonito pueblo visitaste, es mi pueblo.Mari y Eliseo son mis tíos.

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  2. Te felicito por presumir de tu pueblo. El que no defiende sus raíces se condena a no tener futuro.

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  4. Ese alero del tejado y esa ventana son de nuestra casa que ahora está reformada y tu llamamiento es él mio que no se mueran los pueblos es lo más grande que tenemos aunque haya gente que no lo valore

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    1. Hay que gritar en el desierto... no siempre se pierden nuestras voces. Triple felicitación... por arreglar la casa, por coincidir en el "grito" y por hacer este comentario.

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