martes, 15 de marzo de 2016

BARRIO ABIAGA EN AMURRIO (ARABA-EUSKALHERRIA)

El 25 de julio de 1954, importante entonces  la festividad de Santiago, se ahogó en la "Presa de Olako" (así la llamábamos popularmente a una de las que había en Abiaga) un chaval de 17 años, tras bajar de la Romería de Santiago en el Txarlazo de Orduña. 

Desde la carretera que va del Barrio  San José a San Roque, así veo el centro de Amurrio y la Sierra Salbada nevada.
Ayer por la tarde fui a hacer un reconocimiento peatonal por la zona. En mis  dos largas décadas residiendo oficialmente en Amurrio (1955-1977) nunca encontré el momento de este paseo, hoy interesado también para  apreciar en el propio lugar la cultura y calidad de vida de la media docena de apellidos indígenas y su acerbo cultural y patrimonial que mantienen... y cuidan/mejoran para futuras generaciones.

Viejos caseríos, pero con mucho arte y vida pasada. Si las piedras hablasen...
La fábrica de  s. XIX.... "por dentro es un museo". Clavos de Amurrio viajaron a todo el mundo.

El puente y el río. Joya y necesidad. Siglos juntos.
Corto, pero bien aprovechado.  Han tirado las tres presas del Nervión. A la fábrica de clavos de los Arberas, iniciada el siglo XIX, la amenazan por fuera los matorrales... "pero por dentro está intacta, como un museo", me dice Landibar (59).  Traté de hablar en su casa con una veterana (78) y su hermana (90). Las hijas de Zurimendi, el de la histórica imprenta de Bilbao, están bien. Pero la inmensidad de su mansión, su edad y sordera... no me oyeron en tres intentos. Por contra otros dos, casi coetáneos, me reconocieron en la calle y hablamos. Otra madre joven, Rosi, daba de comer pan a una yegua, con su hija Ziortza (7).

Me impresiona la casa de las hermanas Zurimendi. Excepcional en gusto, estilo, detalles, entorno, cuidado...

Las ovejas no me conocen. Y por qué van a hacerlo... si esta tarde soy el mayor extraño.

Me gustó Abiaga. Me gustó mucho Abiaga.  Allí quedan grandes y buenas raíces de Amurrio.  Que sigan... que tengo que volver a hablar con Pili y Felisa.


 Veo y reconozco a algunos/as amurriarras dar el paseo vespertino a pie por esta llanura de riqueza y cultura.
Desde 1975, un acertado restaurante y unas necesarias piscinas y recintos deportivos municipales han revitalizado la zona.

Con el chaval de 17 años, nadaba otro de 15, que ha muerto hacía ayer tres meses. Ambos eran hermanos de sangre mayores mios. El pequeño homenaje de este escrito va para ellos.

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