martes, 9 de enero de 2018

NEVANDO EN NESTAR CON EUTIQUIANO (103 AÑOS)

Mi cuarta aventura seguida en la nieve... tampoco tiene desperdicio. Y me da tema para subirla a mi blog de montaña y sus gentes y pueblos.

Día de perros, -1º, nevado, nevando y con poca luz. Hoy sí ha llegado el invierno a Aguilar. Pero a mí no me arruga. Busco y encuentro a Eutiquiano, echando la partida en Nestar al tute... y ganándola. Estar casi  una hora con él y sus amigos, y media de charla a solas con él, es emocionante. 
 


Iglesia y antiguo Ayuntamiento de Nestar.
 
A Néstar, visitado tantas veces por mí y hasta habiendo pasado una semana en una de sus casas rurales, aún no le he destinado un capítulo en este blog. Y hoy tampoco es mi intención hacerlo. Me ha "traído" de manera expresa Eutiquiano... por sus 103 años. Ni la nieve ha conseguido evitarlo,  como tampoco a él que salga como todas las sobremesas a echar la partida al Teleclub del pueblo, la antigua escuela, claro.
 

Miliario Romano y Puente Perdiz (s.I), la joya que los romanos nos dejaron en el Camino de los Blendios, de Portus Blendium (hoy Suances) a Pisurica (hoy Herrera de Pisuerga.

 
Un café en el teleclub y el saludo al centenario, que ya está el primero esperando a la partida   y a su compañero y adversarios del tute. Aunque nieva y el calor de la estufa de leña no invita a salir, prefiero hacerlo al quedarme sólo  cuando inician las cartas. Media hora será suficiente para visitar una vez más Puente Perdiz, el Miliario Romano y los expositores con la parrafada de datos que casi nadie leemos en su totalidad, porque nos mentimos diciéndonos que los leeremos después en internet.
 
No debo pasar por alto que Nestar tuvo nombre y cabeza de ayuntamiento hasta los años sesenta. Y que la anexionaron a Aguilar de Campóo, con sus aledaños Cordovilla, Menaza y Cabria. Lo cuento de memoria, por lo que igual me dejo a algún otro pueblo más de su antiguo municipio. Eran los años que la España Rural ya dejaba de serlo... para decirnos que ya era la "España del futuro", la industrial, la de los pueblos y ciudades "grandes". La España del principio de la lavadora y la televisión, se cargó el calor de la humanidad de las  aldeas con sus animales, sus misas... y también sus cotilleos de taberna.
 
 

A mi regreso, ya están terminando. Gana Eutiquiano y su compañero, pero no le importa el resultado concreto. La charla es muy distendida, de pie, apoyados en el mostrador, sin papel ni preguntas preparadas ni gravándole. Ni he sido presentado ni me conoce nadie de los del bar. Así que me la juego y empiezo contándoles mi procedencia y cercanía con su zona, mi parentesco como "pegado" vasco de los que ya conocen algunos. Pero noto que al Centenario no hace falta ganárselo. Es abierto, lucido, coherente... Vive sólo en su casa. Una señora le va una hora diaria en los días laborables. 
 
 


Resumo la entrevista periodística, porque mas bien es una charla, en la que provoco algunas preguntas cortas. El, las amplçia con respuestas concretas y muy lúcidos añadidos que vienen al caso. Unos veinte minutos, fotos incluidas, son suficientes... al entender por mi parte uno de sus comentarios... que más de una hora con lo mismo le cansa un poco. 
 
Nació en Menaza el 20 de octubre de 1914.  Hizo la mili en Logroño. La Guerra Civil le marcó mucho  mentalmente. Vio a toda su familia asesinada y su casa destrozada. No ha tenido más enfermedades ni apenas dolencias dignas de recordar. Sólo una operación de cataratas y la próstata le molesta un poco. Siempre ha andado mucho. Fue trabajador de Vías y Obras. Siempre poco cuerpo y flaco. Me dice que una vez le pusieron de guardagujas para que anduviera menos y engordara. Y ni por esas. De su única esposa, que murió hace 42 años, tuvo dos hijos, que viven fuera pero cerca. Tiene tres nietos en Burgos, Valladolid y Madrid.
 
 
Cultiva su huerta, Pero le cansa trabajar más de una hora seguida, como el rato en el Club. Descansa un rato y vuelve al trabajo. Tiene total memoria, coordinación, oído, vista... y sonrisa. 56 kilos de vitalidad física y cerebro excepcional.
 
Dos días después, a la misma hora, vuelvo andando de Mataporquera a Aguilar por Valdeolea, Cordovilla y Menaza. Hacia las 3 de la tarde entro al teleclub. Ya está esperando a la partida, me reconoce de inmediato. Y ahora es él quien me hace las preguntas y no tiene prisa ni está cansado. Yo, sí. Y me quedan casi siete kilómetros para llegar a pie a mi casa de Aguilar. Me dice las muchas veces que ha hecho esos kilómetros míos de hoy andando y vuelta (unos 20) hasta el Salón de Baile de Quintanilla... por cierto de parientes de mi compañera, que al no recordar yo los nombres, me los dice casi todos... "el salón  de Pepón, con siete hijos y  dos hijas".  Me sigue hablando y contando cosas interesantes, llegan sus compañeros de tute, que me salvan... porque me queda un rato aún de andar... y  una compañera fiel que me espera para comer juntos.  
 
 

Esta sólo es una estampa, una historia de la vida en las aldeas. Gentes que trabajan siempre, que hacen ejercicio físico y mental, que se arreglan solas, que van a la taberna, que viven 103 años con calidad de vida.  Yo quiero ser Eutiquiano.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario