viernes, 23 de febrero de 2018

VUELTA A LA ARCADIA

El sherpa se llama José Ramón (61), nació en Llano (Cantabria). La vida le ha forjado en Bizkaia, Palencia y de nuevo en Cantabria. Ama sus raíces. Veo claro que "Navamuel" tiene futuro. Así le  llaman,  así se apellida, así desciende de hidalguía. Pisa seguro en las realidades de cada  amanecer. Quedamos para hacer "con mejor tiempo y más horas" el Monte Hijedo. Hoy el "Idolo de Ruanales" no ha sido posible... porque nos han faltado horas.
 
Pasamos por el Santuario de Montesclaros. Abajo, en el río está Bustasur. En su ferrería y en su iglesia románica  primera visita cultural.
 
Santuario de Montesclaros, Camino de Celada, Antiguo Molino, Ferrería  de Bustasur.  En el s.XVIII era la segunda instalación de este tipo que mayor producción registraba, 120 toneladas al año, de un total de cuatro ferrerías en la comarca de Campóo.






La Peña Lostroso. Estamos en el bosque de Valdeprado del Río, municipio de Las Rozas (divisoria Cantabria y Burgos). Las manifestaciones rupestres (petroglifos) están talladas en dos paredes rocosas contiguas, de altura variable entre 7 y 10 m. Halladas hacia 1990,  El friso es una sucesión de siluetas de figuras anropomorfas.





 
 
Así lo cuenta mi compañero en su facebook...
 
 Ruta por Campoo-limite de Burgos....con el amigo Per Bat. Ferrería e iglesia románica de San Julián de Bustasur, Peña Lostroso, Cabaña-monte Hijedo, Abrigo del Cubular en Ruanales y Eremtorios en Montejo Bricia. Ocho horas sin parar y un día  para recordar con el peregrino ...infatigable.  (y lo complementa con éstas y más fotos). 
 

 
 
 
El bosque es inmenso, tocamos varios pueblos y hasta municipios. El despoblamiento humano sigue creciendo. El arte grabado hace miles de años permanece. Robles, acebos, tejos... son cantidad y calidad, formando "figuras" caprichosas. La helada mañanera y la profundidad del Monte Hijedo (1146) le dan el toque de misterio que nos envuelve en deseos de seguir buscando nuevos horizontes. Habrá más días.
 
Cerramos la larga mañana, ya en media tarde de sol llegando a pie a los Eremitorios de Tía Isidora y Cueva del Horno, entre los pueblos de Arnedo y Motejo de Bricia. Gran amplitud de excavación, entre 12 y 16 m2, en la roca arenisca y protección de su entrada, al sur como  era lo habitual. En el segundo, aún dándole el pleno sol de frente, hemos pasado con mucha dificultad un paso en altura muy estrecho, nada recomendable a no "profesionales" en estas aventuras.

 
 

Este "artículo" va más que nunca, entre lo cultural, lo paisajístico, lo montañero, lo dominguero... porque no siendo geólogo, antropólogo ni arqueólogo... me permito tocar todos esos y otros "estudios"... Así que, me siento de nuevo un aprendiz de todo, pero también un "maestro de pueblo" para transmitir mis humildes conocimientos. Mi hermano Félix, en la década de los sesenta fue unos años "el maestro de Arija". Va este día por él, que ya no lo podrá hacer... y entendía la montaña y a sus gentes.











































































































miércoles, 21 de febrero de 2018

GOLOBAR (1650) NEVANDO Y CON -10º

Mi objetivo para esta semana era hollar en solitario el Curavacas (2520). Pero la subida de temperatura ha traído los aludes, mi más peligroso enemigo en la montaña. Cambio de planes. La nieve obliga. Cuando quizá hoy, mi amigo Alex Txikón sale en una de sus últimos posibles intentos hacia la cima del Everest... yo ni siquiera puedo llegar en la Montaña Palentina a la cota 2000. Las rachas de viento, el hielo, la desigual profundidad de la nieve, que no cesa de caer, pueden tocar puntas de -10º en la sensación térmica para mi cuerpo.

 
Al párrafo inicial en negrilla, no hay mucho nuevo para comentar que no lo  tenga ya repetido en otros artículos. Mi soledad de nuevo va conmigo, como tantas veces. Y, ante el fatal tiempo, ni siquiera veo a ninguno de mis hermanos animales, ni  huellas. Hoy no he olido al lobo ni al oso.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para el próximo viernes 23 ya sueño con otra aventura. Será en otro lugar, en La Arcadia. Para ello dependo de un sherpa indígena del sitio. A ver si las nieves le permiten llegar del nuevo país en el que ahora trabaja. Lo contaremos ambos.